Dos cosas me hicieron animarme a leerlo, el consejo de "La Escobula de la Brújula" y la presencia del Marco Polo que es un personaje que siempre me ha atraído.
Relata en breves descripciones, en prosa pero rayando y sobrepasando lo poético, ciudades con nombre de mujer a cual mas maravillosa o extraña.
Y a mi me pasa lo mismo que con la poesía; no la empiezo a entender hasta que llevo varias ciudades recorridas y me sumerjo entre sus calles.
Parece que al menos si es valido para aprender a viajar o para encontrar los sentimientos al viajar."cuando viajamos a una ciudad aprendemos a conocer más, no esa, si no la ciudad que hemos dejado , la casa que tuvimos o las personas que fuimos"
En cada ciudad descrita encontramos similitudes con las que ya conocemos
Otras veces todo parece tan sumamente absurdo que ni metafóricamente tiene sentido y el lector puede pensar que al Sr. Calvino se le fue la pinza o nos está vacilando.
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