Iba a decir que Vazquez-Figueroa me ha sorprendido con esta pequeña gran novela, pero no es así ya que nos tiene acostumbrado a muy entretenidas narraciones y esta es de las buenas, creo que se crece cuando relata hechos de personajes solitarios en parajes remotos, como desiertos y selvas. Una novela con alto contenido ecologista, con perdón de todos los que la propia palabra ya les produce escozor, y con algunos datos curiosos como la historia del caucho en Liberia.
Apúntate una Alberto.
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